5 TIPS PARA INVITAR A UNA COMIDA EN TU CASA – ¡SIN QUE TE VUELVAS LOCA!
Siempre he sido de las personas que me gusta atender en la casa, no sé si es heredado de mi abuela paterna, o porque al ser chef me gusta cocinar, y el punto de cocinar al final es cocinar para otros. Lo cierto que para mi es una experiencia gratificante y sé que abrir las puertas de tu casa será siempre una ocasión especial, pero entiendo que a muchos los pone nerviosos. Creo que con estos tips lograras que una comida en casa no sea tan estresante!
- Antes que empieces a planear, escoge un tema.
Esto te ayudará a enfocarte en qué hacer de comida – siempre escojo un plato principal, según el tema (ej. asiático, italiano, noche de tacos) y de ahí voy construyendo menú, balanceando con una ensalada o vegetal y un carbohidrato para acompañar. Si tengo tiempo hago dos acompañamientos con base en vegetales (ej. ensalada y un vegetal rostizado), ya que quiero ver mucho verde en mi mesa siempre, pero esa soy yo.
Segundo paso, reviso mi congelador y mi despensa para ver si hay algo que pueda usar o reutilizar mejor y así también aprovecho lo que tengo-la idea no es tener que comprar todo nuevo para una cena familiar sencilla; claro, si se trata de una ocasión especial, si me verás comprando un corte de carne especial, por ejemplo.
Anoche era noche italiana, casualmente, entonces hice una pasta carbonara porque descubrí una pancetta de cerdo en mi congelador, entonces la acompañe con una ensalada mixta siguiendo el tema italiano con arúgula y radicchio, y puse pan en la mesa acompañado de aceite de oliva y balsámico, que siempre es un éxito. Lo importante para mi es que haya coherencia entre cada cosa, y se sienta una comida balanceada, donde se represente cada grupo alimenticio.
- Adelanta lo que puedas.
Creo que esto para mi es clave – el nivel de estrés para el anfitrión se reduce en 1000%. inclusive cuando planifico mi menú, trato de hacer lo que pueda de cada receta ANTES de que lleguen los invitados (inclusive días antes y tengo cosas congeladas que descongelo al momento), y escoger recetas que se puedan armar antes o congelar. Esto es aún más notorio cuando la cocina está en otra área de la casa y uno realmente no puede compartir con los invitados a menos que deje todo listo, para que solo sea de regresar a la cocina al momento de servir la comida.
Por ejemplo, en el caso de la cena que describí en el punto 1, como la pasta carbonara es algo que se arma al minuto antes de servir, yo tenía todos los componente de la pasta listos (pancetta cocida, queso parmesano rallado, y la pasta hirviendo), los componentes de la ensalada estaban preparados (pero no mezclados) en la nevera, la vinagreta y el queso parmesano rallado en la mesa listo. Los panes ya estaban rebanados y en una bandeja de hornear como para hornear galletas (rimmed baking sheet), con el horno encendido, para solo darles unos 3 minutos de calentamiento antes de ponerlos en la mesa. Las bandejas y las cucharas de servir ya estaban escogidas, ya que buscar esto quita tiempo justo en el momento de servir. El reto es servir las cosas a la temperatura que las queremos comer, por eso sí vale la pena sacar todo el “prep” que puedas antes del momento de cenar.
- No trates de que tu casa sea un restaurante – es una casa, y no pasa nada!
No te estreses si todo no está perfecto como en un restaurante, al final recibir a personas en casa tiene su encanto, y de eso se trata – los vasos no tienen que ser todos idénticos o el adecuado para la bebida a servir – ya de por si abrir el hogar de uno es algo tan personal, que el hecho de que uses lo que tienes, es un gesto de tremenda generosidad. Eso sí, toma nota de las cosas que te faltan (una bandeja para servir bebidas, o un plato hondo para ensaladas), y así vas comprando piezas claves puntuales que te permitirán en un futuro montar una mesa como siempre soñaste. Lo importante es entender que ir reuniendo piezas de servir, según el estilo de anfitriona que eres, es un proceso que toma años y no se puede pretender lograrlo enseguida.
- Convierte a tus invitados en tus mejores asistentes de cocina.
Cuando alguien me pregunta, ¿qué te llevo?, a veces estoy tentada en decir: “nada”. Sin embargo, cada vez más acepto esa ayuda, sea de una bolsa de hielo, algún vino, inclusive un postre. Y cuando llegan mis amigos o familiares y me preguntan si hacen algo (y aunque no me pregunten), por supuesto que los recluto para poder servir la comida a tiempo y a temperatura – sea en poner la mesa, servir el agua, repartirle vino a los demás invitados. En fin, le da ese toque de intimidad a la reunión y se torna todo en un esfuerzo grupal. Cuando no tengo ayuda, también los recluto para recoger y lavar platos – ¡es parte de la noche!
- Siempre hay que servir postre, pero no TIENES que hacer el postre*
Hay evidencia científica de que el final de algo puede cambiar tu opinión de cómo fue el evento completo…por eso, siempre sirvo postre, para que el final sea digno y el comensal quede satisfecho. Además, dificulto que mi esposo me perdone si no lo sirvo, y ya mi familia y amigos están acostumbrados de que siempre hay postre en mi casa.
Como chef, pues trato de que los sabores del postre sean acordes al menú servido – pero al final, como con un vino, lo que importa es que sea rico! Si la pastelería no es tu fuerte, hay muchas opciones ya disponibles, como lo son lugares que venden postres listos, o un buen helado o inclusive una barra de chocolate artesanal, que compartan los comensales con un café al final de la velada.
*Tip– En lo personal trato de tener masa de galleta cruda congelada en el congelador, ya porcionada en bolitas con un scoop de helado, y con esto nunca fallo – una galleta recién horneada es realmente irresistible y a la vez se siente tan propia de una invitación a la casa. Hornéala unas horas antes de que lleguen tus invitados, no días antes – las galletas son algo que cambia en textura en cuestión de 24 horas, así que mejor es hornearlas el mismo día.
1 comentarios
Excelente artículo! De mucha ayuda! Gracias! 😻